Introducción

Amar es un acto cotidiano que se construye y se cuida. Las relaciones de pareja no son un cuento de hadas permanente; atraviesan etapas, desafíos y cambios que ponen a prueba la conexión entre dos personas. Cuando aparece el desgaste, la rutina, los malentendidos o las expectativas no compartidas, muchas parejas se preguntan cómo recuperar la conexión que los unió en un principio. Parte de la respuesta está en comprender que los conflictos son normales y, sobre todo, que existen herramientas terapéuticas que pueden ayudar a afrontarlos de forma creativa y saludable. Una de esas herramientas es la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés), un enfoque contemporáneo que promueve la flexibilidad psicológica y las acciones coherentes con los valores personales.

La ACT se centra en la idea de que no se trata de eliminar las emociones desagradables, sino de cambiar la relación con ellas. Aceptar la experiencia interna tal como es y comprometerse con acciones que aproximen a la persona a lo que valora, son los principios que guían esta terapia. Aunque originalmente fue concebida para tratar trastornos como la ansiedad o la depresión, su aplicación se ha extendido a ámbitos tan variados como la vida laboral, el afrontamiento del dolor crónico y, por supuesto, las relaciones de pareja. A lo largo de este artículo exploraremos las dificultades más comunes en la convivencia en pareja, explicaremos los fundamentos de la ACT y veremos cómo este enfoque puede ayudar a las parejas a reencontrarse y fortalecer su vínculo de manera divertida, cercana y profesional.

Problemas comunes en las relaciones de pareja

Todas las parejas, desde las más recientes hasta las de larga data, se enfrentan a desafíos. La psicóloga Meaghan Rice señala que problemas como la comunicación deficiente, las discusiones recurrentes, la falta de intimidad, la gestión del dinero y la infidelidad son algunas de las dificultades más habituales. A continuación se describen algunas de las más frecuentes:

  • Falta de comunicación y escucha: Cuando las conversaciones se convierten en monólogos o se evitan los temas difíciles, surgen malentendidos. Por ejemplo, Ana y Luis, una pareja que lleva ocho años juntos, discutían constantemente porque él no comentaba sus preocupaciones laborales y ella interpretaba su silencio como desinterés. La falta de escucha empática alimentaba el resentimiento.
  • Disputas económicas: El dinero es una fuente de estrés. Diferencias en la manera de administrarlo, de ahorrar o de gastar pueden generar tensiones. En algunas parejas un miembro asume el rol de “ahorrador” y el otro de “gastador
  • Infidelidad y falta de confianza: La traición de la confianza puede devastar una relación. Reconstruir la confianza requiere tiempo, comunicación abierta y, a menudo, apoyo profesional para procesar las emociones y renegociar acuerdos.
  • Desequilibrio en las responsabilidades: El reparto desigual de las tareas del hogar y del cuidado de hijos es un motivo común de conflicto. Muchas veces una persona siente que “carga con todo”, mientras la otra cree que cumple con lo necesario.
  • Diferencias en valores o expectativas: Cada individuo trae consigo su historia, sus prioridades y sus sueños. Cuando estos no se negocian o no se actualizan con el tiempo, surgen decepciones. Por ejemplo, una persona puede aspirar a viajar y conocer el mundo, mientras su pareja valora la estabilidad y formar una familia.
  • No es casualidad que la comunicación aparezca siempre como el elemento transversal a estos problemas. La capacidad de expresar necesidades y escuchar las del otro es clave para evitar que las divergencias se conviertan en bombas de tiempo. Sin embargo, comunicarse no sólo implica hablar; también requiere aceptar las emociones propias y ajenas, y comprometerse con acciones coherentes con los valores de la pareja.
  • Principios de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
  • La ACT es una terapia basada en la atención plena y la aceptación, cuyo objetivo principal es incrementar la flexibilidad psicológica. Esta se define como la capacidad de estar en contacto con el momento presente y, al mismo tiempo, elegir comportamientos que estén alineados con los valores personales, incluso en presencia de emociones desagradables. Para lograrlo, la ACT se apoya en seis procesos fundamentales:
  • Aceptación: Consiste en abrirse voluntariamente a la experiencia interna, sin intentar evitarla o cambiarla. En el contexto de pareja, implica permitir que las emociones –como celos, tristeza o frustración– estén presentes sin juzgarlas ni reaccionar impulsivamente.
  • Defusión cognitiva: Se trata de cambiar la relación con los pensamientos. Las personas aprenden a ver sus pensamientos como eventos mentales pasajeros y no como verdades absolutas. Por ejemplo, reconocer que la idea “mi pareja no me ama” es un pensamiento, no un hecho.
  • Conexión con el momento presente: Practicar la atención plena (mindfulness) permite estar más atentos a lo que sucede aquí y ahora, en lugar de revivir viejos conflictos o anticipar catástrofes futuras.
  • El yo como contexto: Este proceso ayuda a diferenciar a la persona de sus experiencias internas. Es decir, entender que uno no es sus emociones ni sus pensamientos; estos son parte de la experiencia humana pero no definen la identidad.
  • Clarificación de valores: La ACT guía a las personas a identificar qué es importante para ellas en la vida. En pareja, esto se traduce en reflexionar sobre los valores compartidos, como la lealtad, la aventura o la equidad.”, creando críticas y culpa mutua.
  1. Acción comprometida: Implica emprender comportamientos guiados por los valores identificados, aunque surjan obstáculos emocionales o pensamientos negativos. Por ejemplo, si un valor compartido es el crecimiento mutuo, la pareja puede decidir asistir juntos a terapia a pesar de la incomodidad inicial.

Estos procesos funcionan juntos para promover una actitud más flexible y compasiva hacia uno mismo y hacia el otro. A diferencia de otras terapias que se centran en cambiar el contenido de los pensamientos, la ACT busca cambiar el vínculo con ellos, fomentando la aceptación y la acción orientada a valores.

Cómo la ACT ayuda a las parejas

El enfoque de la ACT para las relaciones de pareja se basa en la premisa de que no podemos controlar todas las emociones ni pensamientos, pero sí podemos elegir cómo actuar en función de lo que valoramos. De acuerdo con Lebow y Snyder, en la terapia de aceptación y compromiso las parejas aprenden a experimentar sus emociones incómodas y tolerarlas, en lugar de tratar de controlarlas. Esto les permite redirigir su energía hacia acciones que nutren la relación.

En la práctica, la aplicación de la ACT a la terapia de pareja incluye ejercicios de mindfulness, diálogo sobre valores y acciones comprometidas. Algunos ejemplos son:

  • Identificar patrones rígidos: Durante la terapia, la pareja detecta conductas de evitación (por ejemplo, callar para no discutir) o de fusión cognitiva (creer firmemente que “si me necesita, me llamará”). Al tomar conciencia de estos patrones, se abre la puerta a nuevas formas de interacción.
  • Ejercicios de aceptación: Se propone a cada miembro observar sus emociones sin intentar suprimirlas. Si Carlos siente irritación cuando María no responde a sus mensajes de inmediato, puede reconocer esa emoción, explorar qué necesidad hay detrás (¿inseguridad? ¿necesidad de conexión?) y decidir expresarla de manera respetuosa.
  • Clarificación de valores compartidos: La pareja reflexiona sobre lo que les une y lo que desean construir juntos. Tal vez descubren que valoran la honestidad y la aventura; entonces se comprometen a hablar con transparencia y a dedicar tiempo a viajar o probar actividades nuevas.
  • Acción comprometida: Basado en los valores identificados, se establecen pequeñas metas alcanzables. Por ejemplo, programar una noche de “cita” semanal, practicar ejercicios de respiración juntos cuando surja tensión o dedicar unos minutos al día para compartir gratitud mutua.

El resultado de este proceso es un incremento de la flexibilidad psicológica de la pareja, lo cual favorece la cercanía emocional y la resolución de conflictos. La literatura indica que la ACT aplicada a parejas reduce la defensividad, mejora la regulación emocional y fomenta la conexión empática. En un estudio de caso reciente, un programa de 16 sesiones basado en ACT logró que una pareja con serios problemas de comunicación y desacuerdos financieros experimentara mejoras sostenidas en la resolución de conflictos y la intimidad emocional. Esto se consiguió mediante la exploración de valores, ejercicios de mindfulness y acciones guiadas por dichos valores.

Además, la ACT es especialmente útil para personas que tienden a evitar las emociones o que tienen estilos de apego ansioso o evitativo. Al validar la dificultad que implica exponerse emocionalmente y proporcionar herramientas concretas para hacerlo de

manera

gradual, la terapia ayuda a las parejas a romper ciclos de protesta y retiro. La clave está en cambiar el foco: dejar de luchar contra las emociones indeseadas y, en su lugar, enfocarse en cómo actuar para acercarse a una relación más acorde

co los valores compartidos.

Fundamentos científicos y psicológicos de la ACT en las relaciones

Para comprender por que la ACT resulta eficaz en la terapia de pareja es necesario revisar algunos hallazgos de la ciencia. La base teorica de este enfoque se encuentra en la obra de Steven C. Hayes, Kelly Wilson y Kirk Strosahl, quienes definieron la flexibilidad psicologica como la capacidad de mantener contacto con el momento presente y ajustar el comportamiento al servicio de los valores personales a pesar de emociones dificiles. Segun estos autores, muchas de las conductas problematicas en las relaciones surgen de la inflexibilidad psicologica: cuando intentamos eliminar o controlar pensamientos y emociones negativos se produce un fenomeno llamado evitacion experiencial. Esta lucha interna nos lleva a reaccionar rigidamente, a defendernos o a atacar, en vez de actuar de acuerdo con nuestros valores, lo que incrementa los conflictos en la pareja.

La ACT se sustenta en una perspectiva contextualista de la psicologia. Procede de la filosofia del contextualismo funcional y de la teoria de marcos relacionales (Relational Frame Theory, RFT), un modelo que explica como el lenguaje humano crea vinculos arbitrarios entre palabras y eventos. Segun Hayes y colaboradores, las personas no solo responden a hechos presentes, sino tambien a las historias que han construido sobre ellos. Estas historias –por ejemplo, «si mi pareja me quisiera adivinaria mis necesidades»– funcionan como reglas rigidas que guian la conducta y pueden generar profecias autocumplidas. La RFT muestra que estas reglas no son verdades absolutas, sino marcos relacionales que pueden ser observados y cuestionados. La ACT ensena a tratar estos relatos como lo que son: pensamientos. Al reconocerlos como eventos mentales y no como instrucciones obligatorias, las parejas pueden responder a las contingencias reales del presente y actuar de manera mas flexible.

Otro concepto central es la evitacion experiencial, que se refiere al esfuerzo de suprimir o controlar los pensamientos y emociones dolorosos. Si bien es comprensible querer evitar el sufrimiento, la investigacion de Hayes et al. (1999) indica que esta estrategia suele ser contraproducente: cuanto mas luchamos contra una emocion, mas se intensifica su presencia y mas restringe nuestro repertorio de conductas. En el ambito de las relaciones, la evitacion se traduce en silencios prolongados, criticas defensivas o retraimiento emocional. Diversos estudios, incluidos los de Rafiee et al. (2021), han hallado que los niveles elevados de evitacion experiencial se asocian con mayor sintomatologia de ansiedad y depresion y con menor satisfaccion marital. La ACT propone como alternativa la aceptacion: aprender a sentir las emociones desagradables, permitirles estar presentes sin reaccionar impulsivamente y, al mismo tiempo, comprometerse con acciones consistentes con los valores de la relacion.

La practica de la atencion plena (mindfulness) constituye otro pilar de la ACT. Estar plenamente presente permite observar los pensamientos y emociones sin fusionarse con ellos y favorece una percepcion mas clara del companero o companera. Investigaciones recientes senalan que los ejercicios de mindfulness mejoran la empatia y la regulacion emocional en contextos de pareja. Por ejemplo, Nallepalli y Murugesan (2025) describen como la practica diaria de observacion de la respiracion y de etiquetas verbales («esto es un pensamiento», «esto es una emocion») ayudo a una pareja a disminuir la defensividad y a responder con mayor compasion durante las discusiones. Otros autores han senalado que la mindfulness actua como una via para incrementar la flexibilidad psicologica, lo que a su vez se traduce en mayor satisfaccion relacional.

Las investigaciones han mostrado que la flexibilidad psicológica no sólo predice el bienestar individual, sino también la satisfacción marital. Por ejemplo, estudios longitudinales han hallado que las parejas con mayor flexibilidad se adaptan mejor a los cambios y reportan menos conflictos, mientras que la inflexibilidad se asocia con resentimiento, aislamiento emocional y escalada de discusiones. La psicóloga Marjan Rafiee y sus colegas evaluaron un programa de terapia marital basada en la ACT y observaron mejoras significativas en la satisfacción conyugal, el perdón y la apertura emocional; estas mejorías se explicaron por aumentos en la flexibilidad psicológica.

Otro punto clave es que la ACT no intenta suprimir el malestar: se centra en cambiar la relación con las experiencias internas. Lebow y Snyder señalan que en la terapia de aceptación y compromiso las parejas son animadas a experimentar sus emociones incómodas y tolerarlas, en lugar de luchar contra ellas. Esta disposición a sentirse vulnerables permite que los miembros de la pareja redistribuyan su energía hacia actividades que nutren el vínculo, en lugar de agotarla tratando de controlar lo incontrolable.

La flexibilidad psicológica también favorece la regulación emocional y la empatía. En un estudio de caso publicado por Nallepalli y Murugesan, se aplicó un programa de 16 sesiones basado en ACT a una pareja que presentaba conflictos constantes. A lo largo del tratamiento, se trabajó la aceptación de emociones, la defusión de pensamientos y la clarificación de valores. Los resultados mostraron reducciones en la defensividad, mejoras en la regulación emocional y un aumento de la intimidad; los cambios se mantuvieron al seguimiento. Los autores concluyen que la flexibilidad psicológica es un mecanismo central para la salud relacional.

En conjunto, estos hallazgos científicos explican por qué la ACT es una herramienta potente para las parejas: al enseñar a tolerar las emociones, a observar los pensamientos con distancia, a vivir el presente y a actuar conforme a valores compartidos, se fomenta un estilo de comunicación menos reactivo y más compasivo. Así, los conflictos dejan de ser batallas por ganar y se transforman en oportunidades de crecimiento mutuo.

Incorporar los principios de la ACT no se limita a las sesiones de terapia; se trata de un estilo de vida que puede practicarse a diario. Entre los beneficios que se observan en las parejas que aplican la ACT destacan:

  • Mayor resiliencia emocional: Al dejar de ver las emociones como enemigas, las parejas desarrollan mayor tolerancia al malestar. Esto se traduce en menor reactividad y en la capacidad de sostener conversaciones difíciles sin escalar el conflicto.
  • Comunicación más auténtica: La clarificación de valores y la defusión cognitiva permiten expresar lo que se siente sin caer en acusaciones. Las personas se comunican desde la responsabilidad personal (“me siento inseguro cuando…”) en vez de atribuir culpas (“siempre me ignoras”).
  • Vínculo basado en valores: Cuando una pareja se alinea con sus valores compartidos, sus decisiones y proyectos cobran un sentido diferente. Ya no se trata sólo de resolver problemas, sino de construir juntos una vida coherente con lo que ambos consideran importante.
  • Reducción de la lucha interna: La aceptación reduce el agotamiento de intentar controlar pensamientos o emociones. Las parejas aprenden a coexistir con la incertidumbre y a enfocarse en aquello que pueden elegir: sus acciones.

Para ilustrar estos beneficios, imaginemos a Sofía y Andrés, quienes llevaban años discutiendo por la organización de la casa. Sofía valoraba la armonía y necesitaba orden para sentirse tranquila; Andrés valoraba la creatividad y funcionaba en medio del “caos organizado”. En terapia ACT, identificaron sus valores y descubrieron que ambos priorizaban el respeto y el apoyo mutuo. Acordaron un plan: Sofía aceptaría que la casa no siempre estaría impecable y dejaría de interpretar el desorden como falta de amor, mientras que Andrés se comprometería a mantener ciertos espacios ordenados por respeto a la necesidad de calma de Sofía. Cada uno se abrió a su malestar (incomodidad por ceder) y eligieron acciones coherentes con su compromiso. Al poco tiempo, los reproches disminuyeron y aumentó la colaboración.

C

onclusión

Las relaciones de pareja prosperan cuando existe un equilibrio entre la aceptación del otro y el compromiso con la construcción conjunta. La Terapia de Aceptación y Compromiso ofrece un mapa para transitar este camino: invita a reconocer las emociones y pensamientos sin intentar expulsarlos, a clarificar lo que realmente importa y a dar pasos hacia ello con valentía. Las parejas que adoptan este enfoque desarrollan mayor flexibilidad psicológica, se comunican desde la comprensión y fortalecen su vínculo a partir de valores compartidos.

Recordemos que todos tenemos historias y expectativas distintas; lo importante es crear un espacio seguro para dialogar sobre ellas. Si sientes que tu relación se ha estancado o que repites patrones dolorosos, no dudes en buscar apoyo profesional. La terapia puede ser un laboratorio para experimentar nuevas formas de relacionarse y para aprender a “actuar” en función del amor y el crecimiento mutuo.

Como dijo el fundador de la ACT, Steven C. Hayes, “el sufrimiento humano no se trata de tener pensamientos y emociones negativos, sino de la lucha por controlarlos”. Al soltar la lucha y comprometerse con la vida que uno desea, las parejas pueden convertir los conflictos en oportunidades de conexión y crecimiento.

Referencias

Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (1999). Acceptance and commitment therapy: An experiential approach to behavior change. Guilford Press.

Lebow, J., & Snyder, D. K. (2022). Couple therapy in the 2020s: Current status and emerging developments. Family Process, 61(4), 1359–1385.

Lein, A. (2025). How does acceptance and commitment therapy (ACT) work? PositivePsychology.com. Recuperado en abril de 2025.

Nallepalli, V., & Murugesan, S. K. (2025). Enhancing marital resilience through psychological flexibility: An acceptance and commitment therapy-based case study. IAPS Journal of Practice in Mental Health, 3(1), 25–32.

Rice, M. (2022). 15 most common relationship problems & solutions. Talkspace. Recuperado en abril de 2025.

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